El Espectador Siempre Tiene La Razón
Una bailarina que practicaba en público el desnudo total, llevada por un exceso de entusiasmo dejó caer un seno en el escenario. Luego invitó al más curioso de los espectadores a mirar por ese ojo prohibido. En el fondo de la pieza estaba tejiendo una señora de edad y aspecto respetable. Afuera llovía sin consuelo y hasta se escuchaba un piano triste, blando, sonando muy bajo, suave como si tuviera frío, lo que no era efectivo.
Efemérides Peligrosa
A la hora de la sed una botella de vino tinto sospecha que le ha llegado la hora y tiembla: no quiere morir. El borracho parte de su casa y en el camino se encuentra con su mejor amigo que lo invita a celebrar el acontecimiento.
Los dos comprenden la situación y caminan en demanda de otro bar porque son humanos por sobre todas las cosas.
Una bailarina que practicaba en público el desnudo total, llevada por un exceso de entusiasmo dejó caer un seno en el escenario. Luego invitó al más curioso de los espectadores a mirar por ese ojo prohibido. En el fondo de la pieza estaba tejiendo una señora de edad y aspecto respetable. Afuera llovía sin consuelo y hasta se escuchaba un piano triste, blando, sonando muy bajo, suave como si tuviera frío, lo que no era efectivo.
Efemérides Peligrosa
A la hora de la sed una botella de vino tinto sospecha que le ha llegado la hora y tiembla: no quiere morir. El borracho parte de su casa y en el camino se encuentra con su mejor amigo que lo invita a celebrar el acontecimiento.
Los dos comprenden la situación y caminan en demanda de otro bar porque son humanos por sobre todas las cosas.
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