Era una fría tarde de verano en un bar de santiago, sus aromas amorfos rondaban por el salón lleno de ebrios fue entonces cuando el desconocido se nos acerco, era como todos excepto por su natural sobriedad, se aproximo dejando sobre la mesa una extraña carta, acto siguiente se marcho.
Era la sentencia de muerte pensó ella, mi compañera de ese entonces, ¿quien es? ¿lo conoces?, -no se, respondí párase que lo he visto, - realmente no se donde. A continuación leí el sobre y tenia mi nombre pedí otra copa de vino y procedí a abrir la carta sin remitente. En su interior una dirección apuntada con un extraño mensaje “el trabajo esta hecho ella no llegara a tiempo”.
Esto me desconcertó, quien era ese hombre de donde parecía conocerlo, y quien mierda era ella, encendí un cigarro tratando de recordar donde fue que vi al ciudadano. El tiempo paso termine mi copa de vino sin saber que hacer solo tenía la dirección y mi compañera, la señora muerte me custodiaba.
Era la sentencia de muerte pensó ella, mi compañera de ese entonces, ¿quien es? ¿lo conoces?, -no se, respondí párase que lo he visto, - realmente no se donde. A continuación leí el sobre y tenia mi nombre pedí otra copa de vino y procedí a abrir la carta sin remitente. En su interior una dirección apuntada con un extraño mensaje “el trabajo esta hecho ella no llegara a tiempo”.
Esto me desconcertó, quien era ese hombre de donde parecía conocerlo, y quien mierda era ella, encendí un cigarro tratando de recordar donde fue que vi al ciudadano. El tiempo paso termine mi copa de vino sin saber que hacer solo tenía la dirección y mi compañera, la señora muerte me custodiaba.
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