Ir al contenido principal

Julio Cortazár - Poemas

OBJETOS PERDIDOS

Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.
Mendoza, Argentina 1944
La mufa
Vos ves la Cruz del Sur,
respirás el verano con su olor a duraznos,
y caminás de noche
mi pequeño fantasma silencioso
por ese Buenos Aires,
por ese siempre mismo Buenos Aires.
Quizá la más querida

Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.

Creo que lo sabías
y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas
antes de ir a buscarte,
el restaurante estaba lleno
y voceaban la guerra en las esquinas.

Fui una letra de tango
para tu indiferente melodía.
Una carta de amor
Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.


HABLEN, TIENEN TRES MINUTOS

Hablen, tiene tres minutos
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais, para bajar al pozo
donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel
y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico, entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo
que pienso en ti obstinadamente, como una ciega máquina,
como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos, que nos demos
un pétalo, aunque sea un pasito, una pelusa.


EL ENCUBRIDOR

Ese que sale de su país porque tiene miedo,
no sabe de que,
miedo del queso con ratón,
de la cuerda entre los locos,
de la espuma en la sopa.
Entonces quiere cambiarse como una figurita,
el pelo que antes se alambraba
con gomina y espejo lo suelta en jopo,
se abre la camisa, muda de costumbres,
de vino, de idioma.
Se da cuenta, infeliz, que va tirando mejor,
y duerme a pata ancha.
Hasta de estilo cambia,
y tiene amigos que no saben su historia provinciana,
ridícula y casera.
A ratos se pregunta como pudo esperar
todo ese tiempo
para salirse del río sin orillas,
de los cuellos garrote,
de los domingos, lunes, martes, miércoles y jueves.
A fojas uno, si, pero cuidado:
un mismo espejo es todos los espejos,
y el pasaporte dice que naciste y que eres
y cutis color blanco, nariz de dorso recto,
Buenos Aires, septiembre.
Aparte que no olvida,
porque es arte de pocos,
lo que quiso,
esa sopa de estrellas y letras que infatigable comerá
en numerosas mesas de variados hoteles,
la misma sopa, pobre tipo,
hasta que el pescadito intercostal
se plante y diga basta.
Antes, después
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna
el perfume dibuja el jazmín
el amante precede al amor
como la caricia a la mano
el amor sobrevive al amante
pero inevitablemente
aunque no haya huella ni presagio

aunque no haya huella ni presagio
como la caricia a la mano
el perfume dibuja el jazmín
el amante precede el amor
pero inevitablemente
el amor sobrevive al amante
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna

como la caricia a la mano
aunque no haya huella ni presagio
el amante precede al amor
el perfume dibuja el jazmín
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna
el amor sobrevive al amante
pero inevitablemente.


PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amàs
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caìda la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazòn
habìa que tirarlos
habìa que llorarlos
habìa que inventarlos otra vez.


PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amàs
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caìda la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazòn
habìa que tirarlos
habìa que llorarlos
habìa que inventarlos otra vez.


AFTER SUCH PLEASURES

Esta noche, buscando tu boca en otra boca,
casi creyéndolo, porque así de ciego es este río
que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados,
qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor
sabiendo que el placer es ese esclavo innoble
que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.

Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni
esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Soy un virus. La Tabaré con Enrique Symns

SOY UN VIRUS Conozco el dolor del niño Cuando bajaba con el afiebrado Hacia la costa de las aventuras Y me encontraba siempre con esa cárcel de rutinas En qué consiste la vida Porque Estamos aquí donde todo dolor Y todo te resulta gratis Porque el sol se quema todos los días Como un bonzo Que se suicida por tristeza En donde las sonrisas terminan siempre en puñaladas Y donde el primer pez cuando tuvo hambre Se convirtió en asesino El dolor de estar aquí En Donde los pájaros aprenden a leer y a escribir las leyes que prohíben volar Esos viejos flacos y orgullosos en el supermercado Arrastrando un carrito vacio con los ojos bajos y en silencio Porque ellos creen que el silencio es de bravos Esos viejos muertos de hambre Que Trabajaron toda una vida y no se roban ni una uva Esos viejos que se cruzan con un muchacho rubio de pelo largo que no los ve Porque va pensando en el futuro Porque este es un mundo Dé jóvenes que olvidan su origen De viejos que no recuerdan el destino Pero si

RECUERDO CUANDO ERA NIÑO (Enrique Symns)

Recuerdo con cierta nostalgia los años de mi niñez recuerdo cuando era niño que me despertaba a la mañana con los ojos destellares de los sueños que las estrellas soñaban en mi Me despertaba en mi hogar en esa siniestra cueva en donde las aventuras siempre son imposibles así que me arrojaba por la ventana del hogar y bajaba por la ladera de las aventuras portando en mis manos balas de fiebre y estrellas luminosas hasta llegar al mar en donde yo creía enfrentarme a un enemigo que en realidad creía que no existía pero después supe que si que el enemigo realmente existía Recuerdo con mas dolor la juventud cuando mire por primera vez mi rostro en el espejo y vi la tristeza de un duende escondido entre los ladrillos de las facciones de un hombre grande recuerdo que estrangulado por la miserable vida de la ciudad me escalaba del mundo y me subía al abismo de mi mente para encender mi farola de mago eh iluminar el abismo desde allí me aullaban de amor las herida

Usted (Erick Pohlhammer)

Usted va en la micro la 4 la 1 o la matadero palma va aburrida va preocupada va alegre casi no va porque viene dormitando después de un día intenso de trabajo va pensando que sus hijos no la respetan o que estuvo bien que peleara con su ex-pololo celoso aunque todavía siente amor por él usted no va llorando por él, usted va llorando porque se siente sola usted es buena moza pero hoy día se ve pésimo porque así lo decreta su pensamiento usted es yo que ahora está escribiendo y no sabe qué decir porque no es escritora usted es capricornio todavía no encuentra una cosa a la cual clavarle el diente que no sea una coronta de choclo ya no celebra como antes su cumpleaños como si las velas de alegría ya no ardieran usted se siente inconscientemente neurótica la afecta terriblemente la tensión reinante se llama María Sepúlveda hace infinitas noches que no hace el amor su marido se casó con su mejor amiga se casó con usted enamorado de su cara pero usted engordó dem